El conversatorio «Formalización de Empleo y Empresas en Paraguay», organizado por el BID y
Prodesarrollo, se realizó con la presencia de profesionales técnicos, representantes del Gobierno, la banca privada y el ecosistema Fintech.
La formalización como un medio para crear negocios que puedan proyectarse y prosperar, antes que como una simple meta a alcanzar como fin en sí misma. Esta es la recomendación que dejó Roberto Vargas, presidente de Fintech Iberoamérica, en ocasión de su participación en el conversatorio «Formalización de Empleo y Empresas en Paraguay» organizado por Prodesarrollo y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en el marco del Foro de Formalización 2025.
Vargas se refirió, específicamente, a la necesidad de fijarse en las oportunidades que se generan para las empresas que se crean dentro de la formalidad como incentivo para que opten por ceñirse a las normas desde el inicio de su operatividad. Citó como ejemplo a las empresas Fintech entre las que prácticamente no pueden existir si no están formalizadas, por lo que en este ecosistema la formalización es un “proceso natural”.
“La formalización no es un punto de inicio ni es un punto de destino. Entonces, ¿podemos pensar en la formalización como una meta? Las personas y los empresarios en el sector informal deciden no entrar al mundo formal no porque no existan incentivos, sino porque no les conviene; a muchos les cuesta declarar sus impuestos porque sienten que hay un agobio y lo que reciben desde los servicios del gobierno es malísimo”, expresó.
“Pensemos en todo lo que una persona como ciudadano puede realizarse como emprendedor tecnológico, por ejemplo. Si no te formalizas, no puedes llegar a capital de inversión en startup de Fintech o de otro tipo, no puedes evolucionar ni contratar talento del mundo tecnológico, etc. En el mundo tecnológico, no tienes que sacarte un RUC para decir que eres una Fintech, sino porque es lo más básico que pueda existir, es orgánico; el que no lo hace, está fuera del juego moderno”, añadió.
La informalidad también resta competitividad a las empresas, por ejemplo, ante la demanda de servicios de pagos electrónicos o transferencias que existe hoy en día en nuestro país por parte de los consumidores. Aquellos comercios que no participen del sistema formal van perdiendo oportunidades de ventas, ya que para acceder a cobros digitales se debe contar con una cuenta bancaria y, por ende, operar en la formalidad.
Importancia del acceso al crédito
El representante del BID, Alonso Chaverri, se refirió durante el conversatorio a la importancia de la formalización y la inclusión financiera para el crecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), con su impacto en el empleo y la calidad de vida de la población.
“Para invertir se necesita equipamiento, tecnología, personal, y también capital; y para acceder a capital, es esencial el financiamiento. La inclusión financiera es un factor clave para que los emprendedores puedan crecer y generar oportunidades de empleo productivo”, manifestó.
Por su parte, el presidente de Prodesarrollo, Hugo Alonso, citó tres ejes primordiales para la inclusión financiera: el acceso, el uso y la educación financiera. Entre ellos, sostuvo que Paraguay avanzó de manera significativa solamente en el primer punto, ya que persisten los desafíos en acceso al crédito y educación financiera.
“En los últimos años, hemos visto un gran crecimiento en el acceso a tecnologías financieras y cuentas bancarias, que se duplicó desde el año 2020 a esta parte. Sin embargo, todavía vemos un gran trecho por recorrer en cuanto a acceso a créditos, sobre todo en acceso a créditos de manera formal: solo el 35% de todos los que tienen una cuenta accede a un crédito; y de ese 35%, 2 de cada 3 accede de manera informal, a través de canales informales. Y lastimosamente, Paraguay aún ocupa los últimos lugares en cuanto a educación financiera”, relató.
Situación de las mipymes en Paraguay
El viceministro de Mipymes, Gustavo Giménez, recordó que en Paraguay solo el 10% de las mipymes son completamente formales, es decir, con inscripción en el RUC (Registro Único del Contribuyente), Mtess (Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social) y el IPS (Instituto de Previsión Social). Por su parte, las mipymes con RUC son 450.167 y las no registradas suman 705.521, por lo que la informalidad en este sector está calculada en 65%.
En cuanto al escenario financiero, informó que la demanda potencial de créditos para el sector mipymes se encuentra en torno a los US$ 6.478 millones, o 28% del Producto Interno Bruto (PIB); mientras que la oportunidad de mercado para los inversionistas es de alrededor de USD 3.978 millones y un 61% de demanda no cubierta.
El viceministro de Mipymes recordó que el objetivo estratégico del Gobierno paraguayo en este ámbito consiste en mejorar la inclusión financiera de las mipymes a través de la creación de nuevos canales de financiamiento y productos/servicios financieros innovadores. Para ello, se proponen impulsar el acceso inclusivo y sostenible a servicios microfinancieros, promover mecanismos e instrumentos para el financiamiento, así como políticas públicas para el fortalecimiento del ecosistema financiero, con la educación financiera como estrategia transversal.
Riesgo del efectivo
Patricia Torrents, vicepresidenta de Prodesarrollo y directora de Tecnología y Operaciones de Banco Itaú, expuso durante este conversatorio algunos riesgos que implica el uso del efectivo.
La inseguridad a la hora de guardar el dinero, la falta de control ante la falta de un registro electrónico de las operaciones, la falta de acceso al crédito formal al no estar bancarizado o la dificultad para el ahorro al tener el dinero siempre disponible, son algunos elementos que citó la ejecutiva, haciendo foco en los comercios que solo aceptan dinero en efectivo.
En contrapartida, explicó que algunos beneficios de la bancarización radican en la protección del dinero, la conciliación (registro y trazabilidad de las operaciones), así como la posibilidad de aprovechar promociones de los bancos en cuanto a descuentos para clientes, por ejemplo. “Las oportunidades de acceder a servicios de crédito y opciones de ahorro son también ventajas que ofrece la bancarización”, según Torrents.
Rol del Banco Central
Holger Insfrán, superintendente de Bancos, también participó del conversatorio y recordó que, unos veinte años atrás, el Banco Central se fijaba únicamente en su objetivo de estabilidad monetaria. Sin embargo, durante la última década, también desde esta institución se ha ampliado el trabajo hacia un rol activo en las políticas públicas de inclusión financiera y formalización.
“La inclusión financiera va en directa relación a todo lo que es la estabilidad financiera. Cuanta mayor bancarización hay, esto va en línea con los objetivos de estabilidad de precios”, comentó.
Explicó que el Sistema de Pagos del Paraguay (Sipap) nació en el 2013 y, durante los primeros años, la mayor parte de las operaciones realizadas por esta vía eran de montos menores a G. 5 millones. En consecuencia, hacia el año 2018 se entendió desde el regulador la necesidad de un mecanismo de pagos de 24 horas y toda la semana, por lo que se avanzó hacia ese objetivo, lo cual también es considerado un trabajo de inclusión.
Añadió que conceptos como el alias también facilitan los pagos, al igual que otras iniciativas, con lo que el regulador monetario muestra no estar ajeno a las políticas públicas de inclusión, por medio de la facilitación del acceso y uso de este tipo de herramientas “no regulatorias”.
En lo que respecta a las políticas “regulatorias” de inclusión, apuntó a la reglamentación del Fondo de Garantías para Mipymes, cuya ejecución se encuentra a cargo de la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD), pero es regulada por el BCP.