La apertura de mercados como Taiwán y Singapur marca un antes y un después para el rubro porcino, que gana competitividad internacional y consolida su recuperación con impacto económico y social.
Con precios estables, mayor previsibilidad y la apertura de nuevos destinos de exportación como Taiwán y Singapur, la industria porcina de Paraguay atraviesa una etapa de crecimiento sostenido, luego de superar una de las crisis más complejas de su historia reciente. Así lo destacó la Asociación Paraguaya de Productores de Cerdo (APPC), que resalta la articulación entre el sector público y privado como clave para esta transformación.
Según Enzo Mannarini, presidente del gremio, el rubro porcino logró estabilizarse tras el impacto que generó la suspensión de exportaciones, producto del conflicto entre Rusia y Ucrania. “La llegada al mercado taiwanés fue un punto de inflexión: nos brindó estabilidad y una bonanza económica sostenida”, señaló.
Fundada en 2017 por pequeños y medianos productores, la APPC ha consolidado su presencia gracias al fortalecimiento institucional y a un mayor posicionamiento internacional. La reciente habilitación del mercado de Singapur representa otro hito relevante. “Esto otorga al sector competitividad global y precios estables, lo que permite planificar mejor la producción y la inversión”, agregó Mannarini.
El trabajo conjunto entre organismos como el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), el Ministerio de Agricultura y Ganadería y el Ministerio de Industria y Comercio, junto con las industrias del rubro, fue determinante para sostener y acelerar esta expansión.
Actualmente, Paraguay ya negocia nuevos acuerdos comerciales con Filipinas y otros países asiáticos, lo que ampliará aún más la presencia del país en el mapa de exportadores de carne porcina.
Pero el impacto no se limita al plano económico. De acuerdo con el titular de la APPC, el crecimiento del sector también genera efectos positivos en lo social: “La industria porcina representa hoy una fuente clave de empleo y dinamismo económico para las comunidades rurales. Es un motor de desarrollo que beneficia directamente a miles de familias paraguayas”.