Cuando nos enfrentamos a desafíos físicos, mentales o emocionales -y “decidimos” superarlos-, a menudo esperamos progresar de manera constante hacia la recuperación total. Sin embargo, la realidad es que el proceso de sanación puede estar lleno de altibajos, retrocesos y momentos de estancamiento. Este patrón no lineal puede resultar desconcertante e incluso desalentador, pero es importante reconocer que es una parte natural y normal del proceso de sanación.