Madera podrida | Columnas | 5Días

La corrupción en el poder judicial de Paraguay es un problema persistente que socava la confianza en el sistema legal y mina el Estado de derecho.

Juan Pablo Fernández Bogado

A lo largo de los años, se han documentado numerosos casos de corrupción que involucran a jueces, fiscales y otros funcionarios judiciales. Estas prácticas corruptas tienen graves consecuencias para la sociedad paraguaya y plantean serias preocupaciones sobre la imparcialidad y la equidad en el sistema de justicia del país.

Uno de los problemas más evidentes es la falta de transparencia en el proceso judicial. La opacidad en la selección y promoción de jueces y fiscales ha permitido que individuos no idóneos ocupen cargos clave en el poder judicial. Además, la falta de supervisión efectiva ha facilitado la proliferación de prácticas corruptas, como el soborno y el nepotismo, dentro del sistema.

La corrupción también afecta directamente a los ciudadanos comunes y corrientes. Aquellos que no pueden pagar sobornos o influir en el sistema judicial con conexiones políticas a menudo se ven perjudicados en su búsqueda de justicia. Esto crea una percepción generalizada de que el sistema judicial está sesgado a favor de los poderosos y que los ciudadanos comunes tienen pocas posibilidades de obtener un trato justo.