A pesar de los picos de consumo récords registrados en las primeras semanas de febrero de 2024, uno el 6 de febrero con 4.856 MW y el segundo el 12 de febrero con una demanda de 4.905 MW, desde la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) no lo ven aún como una preocupación porque, dicen, la capacidad instalada es muy superior a la demanda actual.
En el último pico Itaipú aportó 3.501 MW; Yacyretá trajo un total de 1.237 MW, Acaray logró 182 MW y se vendieron 15 MW de Carlos Antonio López, alcanzando así a cubrir lo demandado.
Desde la estatal confían en que el sistema de transmisión puede soportar cargas de alrededor de 8.000 MW que, de todas formas, se ven afectadas, entre otros factores, por las conexiones clandestinas. Según la ANDE, desde Itaipú hay tres líneas capaces de transportar 2.200 MW cada una, sumado a lo que se puede traer desde la línea de Yacyretá.
Si bien la mayor parte del consumo de energía eléctrica es residencial, las industrias también resienten los problemas de distribución. “El consumo industrial es un consumo típicamente uniforme. El hecho de tener picos por consumo residencial también hace que haya cierta ineficiencia, porque si nos vamos al caso de la operadora, que en este caso es la ANDE, compra potencia, no compra energía, sobre todo de Itaipú. Y en los valles, es decir, cuando pasan los picos, afecta también el consumo industrial, porque la tarifa, aunque es diferente, está fijada también por estos valles, porque desde el punto de vista de la empresa eléctrica miran esto como algo global”, señaló Enrique Duarte, presidente de la Unión Industrial Paraguaya.