Este crecimiento interanual se atribuye principalmente a los sólidos desempeños en sectores clave como los servicios, las manufacturas y la generación de energía eléctrica. Sin embargo, sectores como la construcción, la ganadería y la agricultura experimentaron resultados negativos, lo que mitigó el impulso general de la actividad económica.
En el sector de servicios, se observaron resultados positivos en áreas como restaurantes y hoteles, servicios a los hogares, comercio, servicios empresariales, intermediación financiera y transportes. Sin embargo, servicios como los gubernamentales, telecomunicaciones y servicios de información reportaron resultados negativos.
En cuanto a las manufacturas, hubo un impulso positivo en la producción de aceites, molinerías, panaderías, bebidas, tabacos, químicos, madera, textiles, prendas de vestir, metales comunes, productos metálicos, maquinarias y equipos. Aunque este impulso se vio contrarrestado por caídas en la producción de azúcar, carne, lácteos, papel, cueros y calzados.