Cómo resolver el drama de los raudales en Asunción

Asunción, como muchas otras ciudades del Área Metropolitana, se enfrenta a desafíos urbanos con cada lluvia. El drama de los raudales es una problemática recurrente que afecta a la capital del país durante la temporada de precipitaciones, que en los últimos años se volvieron más devastadoras. Estas repentinas inundaciones suelen causar estragos, provocando daños materiales, interrupciones en los servicios públicos y, en ocasiones, pérdidas humanas, como las ocurridas recientemente en Luque y Lambaré.

La fuerte correntada se lleva todo lo que encuentra a su paso, desde la capa asfáltica hasta vehículos. Si bien en cada lluvia toda la ciudad se inunda y se vuelve riesgosa la circulación de automovilistas y peatones, existen zonas consideradas muy peligrosas que deben evitarse a toda costa. Estas zonas rojas son: Avenida General Santos y San Antonio; Perú y Artigas; Montevideo entre 12° y 13° Proyectadas, 21° Proyectada y Antequera y la avenida Fernando de la Mora y Bartolomé de las Casas.

Asimismo, también son áreas críticas: Artigas y Mburicao; Santa Ana y Roque Miranda; Virgen del Carmen y Sargento Marecos; República Argentina y Caaguazú; Eusebio Ayala y Boggiani y avenida Fernando de la Mora y De la Victoria.

La causa principal de esta problemática radica en la falta de infraestructura adecuada para gestionar el exceso de agua que cae. Asunción aún no registra un 50 por ciento de cobertura del desagüe pluvial en las calles y avenidas, por lo que resulta crucial una mayor inversión en sistemas de drenaje pluvial que puedan captar y canalizar el agua de lluvia de manera adecuada.

OBRAS EJECUTADAS Y EN PROYECTO

La Municipalidad de Asunción viene realizando obras de desagüe pluvial en las principales cuencas de la capital. En total se ejecutaron obras por 85.578.133.791 guaraníes en zonas como la calle Rocío Cabriza, la Avenida Molas López, en calles de la zona del arroyo Mburicaó, entre otros.

También en el año 2023 se llamaron a licitación obras de desagüe por valor de 137.558.829.927 guaraníes, que aún están en proceso de adjudicación. Los trabajos se prevén en las calles María Felicidad González y El Dorado; en la zona del Mercado de Abasto; y las calles Senador Long y Andrade.

En tanto que, para este año se encuentran en proyecto dos desagües pluviales más: una para las cuencas de Bartolomé de las Casas – General Santos y Santo Domingo; y otra para Tembetary y Aviadores del Chaco, mediante una inversión estimativa de 679.584.559.517 guaraníes.

PLAN DE CONTINGENCIA

Mientras se proyectan mejoras urbanas para hacer frente a la problemática, y de modo a evitar desgracias, la Dirección de la Policía Municipal de Tránsito (PMT) de Asunción ejecutó durante las últimas tormentas un plan de contingencia para asistir a la ciudadanía con personal asignado y grúas. Las tareas se concentraron en las áreas críticas que suelen producirse en la capital por causa de los raudales durante las intensas y copiosas lluvias.

La última tormenta, del 2 de mayo, obligó a muchos conductores a tener que pedir auxilio al servicio de grúa, al verse obligados a detener la marcha por precaución o por alguna falla mecánica ante el alto nivel de agua. Tal fue la magnitud del evento climático, que, por ejemplo, una sola empresa dedicada a la asistencia con grúas, recibió cerca de 250 solicitudes en el lapso de las 16:00 a 22:00 horas, viéndose sobrepasada en la demanda.

SOLUCIÓN VA MÁS ALLÁ

Para Alejandro Buzó, director de Prevención de Incendios de la Municipalidad de Asunción, el problema y la solución de fondo no se suscribe solo a la infraestructura, sino más bien debe mirarse de una manera más amplia. A su parecer, se requiere de un rediseño de las ciudades y del sistema de gestión del agua de lluvias.

El especialista en gestión de riesgos naturales indicó que se debe dejar de luchar contra el agua, teniendo en cuenta que los sistemas de drenaje tradicional no están resolviendo los inconvenientes. Una medida que propone es redireccionar el agua, desarrollando el concepto de “ciudad esponja”, con franjas de vegetación y “parques acuáticos” que puedan ser inundados en días de lluvia, con canales a cielo abierto (reemplazando los sumideros y tuberías subterráneas), y con pavimentos impermeables, de modo a filtrar y ralentizar la fuerza del agua.

Si se implementan medidas efectivas y sostenibles, se puede mitigar el impacto de las inundaciones, mejorar la resiliencia de la ciudad frente a futuros eventos climáticos extremos y evitar más pérdidas materiales y humanas.

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