Asunción, Agencia IP.- En la mañana de este 4 de julio, el nuncio apostólico de su Santidad, Vincenzo Turturro, celebró una Santa Misa en la Parroquia San José de la ciudad de Ybycui. La celebración, iniciada a las 09:00, contó con la presencia como co-celebrante del obispo de la diócesis, Celestino Ocampo Gaona, el párroco y sacerdotes de la zona.
El motivo de la presencia de nuncio apostólico del Papa Francisco es apoyar el deseo de esa diócesis y de todos los feligreses católicos paraguayos, de que el padre Julio César Duarte Ortellado, (1906-1943) sea un nuevo Santo Paraguayo. En esa parroquia descansan los restos del padre Ortellado. Él fue quien impulsó la construcción del templo en honor a San José, única Iglesia en forma de cruz en el mundo, rodeada hoy de lapachos rosados que han iniciado su floración, en julio.
Fue también en este mes, el 13 de julio del 2020, que el obispo de Carapeguá, Celestino Ocampo, anunció la apertura del proceso de la Causa de la Beatificación del Siervo de Dios Padre Julio. Actualmente es Siervo de Dios; luego deberá ser declarado Venerable, Beato y finalmente santo.
El padre Julio era admirado por su elocuencia y su sabiduría. Escribía cartas a su madre que quedaron como testigos de su gran Fe. En ellas afirmaba que todo sacerdote debe buscar la Santidad y no envanecerse con la admiración de sus talentos.
El Observatorio Pastoral del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), recopiló documentos y testimonios sobre la vida del padre Julio César Duarte Ortellado.
Nació un jueves santo, 12 de abril de 1906 a las tres de la tarde en Caazapá donde estaban asentados los padres franciscanos. Su padre era próspero ganadero y comerciante. Su madre era devota católica y llevaba adelante obras de asistencia caritativa en forma permanente. Su hermano fue médico, combatiente en el Chaco y primer ministro de Salud Pública de Paraguay.
Fue monaguillo del padre Carlos Heyn que comentó de él: “Después de la catequesis reunía, en su domicilio a unos cuantos chicos de su edad y él, metiéndose en un enorme y viejo barril que se encontraba en el patio y que le servía de púlpito, empezaba a remedar con singular habilidad al párroco del lugar, repitiendo las palabras que éste había pronunciado en su homilía del domingo”.
El templo de San José en Ybycui, fue construido por el padre Julio César Ortellado. Allí reposan sus restos.
La temprana vocación
En 1921, Julio César Duarte Ortellado vino a Asunción para ingresar en el Seminario Conciliar de Asunción. A sus 14 años estaba firmemente convencido de su vocación. En 1926, se trasladó a Roma para concluir sus estudios eclesiásticos en el Pontificio Colegio Pío Latinoamericano.
Luego de tres años de estudio, el domingo 27 de octubre de 1929 a las 08:00 de la mañana fue ordenado sacerdote por Papa San Pío X, el día de Cristo Rey y un día antes del cumpleaños número 60 de su padre.
En cuanto a su ordenación Julio refería: “No puedo explicar la emoción que yo he sentido. Todo fue demasiado grande y hondo”, un día después de su ordenación celebró su primera misa y rememora en una de sus cartas a sus padres: “Recuerdo cuando yo era chiquito y me ponía el sobretodo viejo de Papá para celebrar la misa y confesar”. “¡Que cosa mi Dios! ¡Todo ha sido verdad, realidad y belleza! Demos gracias a Dios que me ha hecho llegar hasta este día!”
El Padre Julio César Ortellado, regresó al Paraguay en el cañonero “Humaitá”. Fue designado Vicario Cooperador de la Parroquia de la Encarnación, posteriormente, “Teniente Cura de la Iglesia Metropolitana” y “Capellán de la Casa del Buen Pastor”. Luego fue “Teniente Cura de Caazapá y sus Excusadurías”; fue nombrado Cura Párroco de Ybycuí y Excusador de Quyquyhó, y Mbuyapey; además se lo designó “para servir como Capellán del Ejercito Nacional” en el año 1933.
Ybycuí, su centro de evangelización
En octubre del 33 fue reasignado en su parroquia de “Ybycuí y sus Excusadurías”. En 1940 recibe el nombramiento de Cura Párroco de la Parroquia de Villarrica, y finalmente el obispo diocesano lo retorna a su parroquia de Ybycuí donde permanece hasta su muerte, 1943.
La construcción del Hospital de Ybycuí fue impulsado por el Padre Julio. En 1936 adquirió una propiedad y construyó la Casa Parroquial. Mandó construir el “Hogar San José” para los niños huérfanos o abandonados; en 1941, consiguió en Buenos Aires la venida de las hermanas “Hijas de la Misericordia de la Tercera Orden de San Francisco”.
Construyó la nueva Iglesia de Ybycuí organizando a todos los pobladores para colaborar con material o trabajo. Dirigió la construcción de los Templos de Quyquyhó y Mbuyapey, y capillas en parajes de Cordillerita, Pereira-cué, Pasó Paré, Palacio-cué, Isla Pa’ũ, Isla Alta, Roaruguá, etc. Asumió la presidencia de la Comisión de Fomento y Trabajo de Ybycuí para reparar el camino de Quiindy a Ybycuí y ayudar a los pobladores a comercializar sus productos.
Misticismo del padre Julio
El padre Julio además de su activismo comunitario dedicaba largas horas a la oración. Dios le reveló su misión y hasta la hora de su muerte. Una anciana enferma le dijo: “¡Padre yo voy a morir! ¡Tengo miedo, mucho miedo a la muerte! ¡Yo no quiero morir aún! ¡Ayúdame, Padre, ruegue a Dios para que me devuelva la salud! El sacerdote le respondió serenamente, “Señora, no hay por qué tener miedo a la muerte. La muerte es un bien que nos envía Dios, porque es una liberación para el alma verdaderamente cristiana. Yo también moriré dentro de tres años”. Y precisamente luego de 3 años de ésta premonición, falleció.
Murió de tifus. Se contagió al dar la unción a un soldadito recién llegado de Asunción. Su desenlace se produjo s el 4 de julio de 1943 a los 37 años de edad causando tristeza y consternación multitudinaria.
Testimonios
Ronald Alonso y Geraldine Pedrozo, son los padres de Lidia Giovanna. Ellos aseguran que el nacimiento de su niña es fruto de la intercesión del Padre Julio.
“Partiendo del embarazo para nosotros fue un milagro. Tenía que seguir un tratamiento largo, ya que tengo un solo ovario. Ella vino justo cuando ya decidí dejar de tomar los medicamentos de estimulación y dije: Que sea lo que Dios quiera y el padre Julio. En esa época ya nos encomendamos al sacerdote”, recuerda la madre, quien dio a luz a los 36 años.
Entre los chequeos de embarazo recibieron como diagnóstico, en dos laboratorios, de alto riesgo de síndrome de Down. Otro problema era la alta presión arterial de la madre. Contra todas las recomendaciones médicas y pronósticos, estos devotos padres, vieron el nacimiento de la niña completamente sana.
El ginecólogo dijo cuando salía del quirófano. No puedo creer, en estos largos años nunca vi esto.”. El testimonio lo recogió la periodista Karina Godoy del diario Última Hora.
Un Nuncio Viajero
En abril del 2024, llegó al Paraguay en nuevo Nuncio Apostólico de Su Santidad el Papa, Vicenzo Turturro. El representante diplomático del Estado del Vaticano ante Paraguay, tiene 45 años, nacido en Bari, Italia, y en pocos meses ha recorrido diversas ciudades del Paraguay, oficiando misa. Los obispos y sacerdotes admiran la humildad y dinamismo del nuevo Nuncio, que presidió en Ybycui la misa en homenaje al Padre Julio César Duarte Ortellado, en claro castellano.
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