Iglesias, quien ya había abandonado en marzo una de las vicepresidencias del ejecutivo del socialista Pedro Sánchez para competir en Madrid y tratar de impulsar a su partido, afirmó que „cuando uno deja de ser útil, tiene que saber retirarse“, por lo que deja „todos [sus] cargos“ y la „política entendida como política de partido“.
Como ya hiciera en marzo, Iglesias apuntó como posible sucesora suya a Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y actual vicepresidenta tercera del gobierno de España. El relevo deberá plantearse en un congreso del partido.
„Yo no voy a ser un tapón para una renovación de liderazgos que se tiene que producir en nuestra fuerza política“, declaró en ese sentido Iglesias.
El hasta ahora líder de la izquierda radical hizo un balance sin paliativos de la noche electoral, en la que la presidenta madrileña y candidata conservadora Isabel Díaz Ayuso se impuso muy holgadamente, cerca de la mayoría absoluta.
Sólo ella logró para la lista del Partido Popular más escaños (65) que las tres fuerzas de izquierdas concurrentes en estos comicios: los socialistas (24), Podemos (10 escaños), y su escisión Más Madrid (24).
„Hemos fracasado, hemos estado muy lejos de armar una mayoría suficiente“, dijo Iglesias, diciendo haberse sentido como un „chivo expiatorio“ que movilizó en su contra el voto de la derecha y la extrema derecha.
Con este inesperado anuncio, Iglesias deja a sus 42 años el partido que cofundó en 2014, tomando entonces el testigo del movimiento antiausteridad de los Indignados, surgido en mayo de 2011 en Madrid.
Hasta la fecha, Iglesias ha sido el único secretario general que ha conocido Podemos, de cuya cúpula se descolgaron con el paso de los años numerosas figuras integrantes del núcleo inicial, a menudo por desacuerdos con el liderazgo ejercido por él.
Precisamente, uno de los fundadores de Más Madrid, en 2019, fue Íñigo Errejón, antaño mano derecha de Iglesias.