Por otro lado, la dolarización prometida suena a estabilidad inmediata. Cuanto más se habla de ella menos dólares necesitará el nuevo gobierno para cambiar por pesos. Es decir, es una política perversa. La depreciación del dólar blue favorece a Milei porque necesitará menos reservas monetarias en divisa fuerte para en el futuro incierto poder cumplir con su promesa de dolarizar. Además, antes, tal cual él dice, debe honrar las letras de liquidez que están en los bancos e inversores financieros. El plazo, nadie lo sabe, pero debería llevar más de un año y medio. Todavía en pesos el corte de gastos para lograr el equilibrio fiscal que será en el 2024 se avizora como brutal. Un ajuste que lo pagará la casta política pero no la gente, promete el melenudo. Todo esto es lo que está diciendo desde que ganó. A esperar.
El problema
Ganó Milei y la democracia argentina está saludable. Es la esencia del nowcasting. Un pronóstico político intermedio, sobre la marcha de la economía y de la sociedad, con base en el pasado reciente que lo relaciona con el futuro inmediato. Los mercados son eficientes cuando toda la información está en los precios. Los precios de referencia argentinos reflejaban transparencia de información democratizada o puras relaciones de poder. Ese es el problema.