Poco tiempo atrás cobró notoriedad el exabrupto de un Dircom (director de comunicación) con una periodista, reacción que le costó su puesto dentro de la organización a la que representaba. Bajo ataque, la respuesta natural y muy humana, es la defensa proporcional e incluso con intensidad superior al de la acometida.
Cuando la denuncia es mediática y multiplicada por redes, y en ella se pone a prueba la reputación de la empresa u organización a la que se representa, la sensibilidad es aún mayor, por lo cual la templanza debe primar en esta situación.
Podría considerarse que es muy fácil decirlo cuando uno no está en el foco de la tormenta, pero lo cierto es que un vocero, debe ser capaz de tomar distancia de la situación para evaluarla, poniendo “un paño frío” que le permita asumir posiciones objetivas y considerando todos los ángulos.